Al suroeste de la provincia de Ávila, haciendo frontera con las provincias de Cáceres (Extremadura) y de Toledo (Castilla-La Mancha). que ha sabido conservar intacta su esencia y su arquitectura, lo que hace que sea un verdadero placer pasear por sus calles respirando su magia. Por ello figura en las listas de los pueblos más bonitos de Castilla y León. Un pueblo de origen medieval de apenas 5.000 habitantes definido por su gente amable, sus generosos paisajes y sus temperaturas generalmente suaves, donde encontramos la calma que a veces se nos escapa en las grandes ciudades. De la benignidad del clima nos hablan las palmeras y naranjos que adornan sus calles.

Sus tierras se elevan desde los 400m. en los que se enclava la población, hasta los 2.596m del Almanzor. Con el cobijo que le aporta el macizo central de Gredos y su situación en la llanura, hay una variedad de microclimas con un rango térmico mediterráneo de inviernos suaves y veranos calurosos, con temperaturas medias en verano de 26 °C que le aportan una rica y variada agricultura en olivos, higueras, tabaco, sin olvidar su sabroso pimentón –dulce o picante–, el ingrediente más preciado de la zona dado el proceso tradicional de secado con humo con el que se sigue tratando, así como abundante ganadería de rebaños caprinos que se alimentan sobre la media montaña de ricos pastos.